Evaluación Custodia de Menores

Informe Pericial Psicológico en Custodia de Menores

26 septiembre , 2025

La decisión sobre la guarda y custodia de un menor es, sin duda, una de las más delicadas y trascendentales a las que se enfrenta un juez en un proceso de separación o divorcio. La prioridad es siempre el interés superior del menor, pero para garantizarlo es necesario disponer de información objetiva, fiable y basada en evidencia científica. Aquí es donde el informe pericial psicológico adquiere un papel crucial.

Un buen informe no se limita a describir conductas o emitir juicios de valor: debe proporcionar al tribunal un análisis completo de la dinámica familiar, la situación emocional del niño y las capacidades parentales de las figuras de referencia. Solo así puede convertirse en una herramienta que oriente de forma útil y ética la decisión judicial.

 

  • La familia como sistema: el punto de partida

La familia debe considerarse como un sistema funcional e indivisible; esto significa que no basta con entrevistar a uno de los progenitores o al menor. Por ello, para que el informe tenga validez técnica, se debe acceder a todos los miembros de la unidad familiar, siempre que sea posible.

 

  • Objetivos del informe de custodia

El informe pericial tiene un propósito claro: responder de manera fundamentada a la pregunta planteada por el juez o las partes. Pero también debe ofrecer información útil que permita al tribunal entender la situación familiar y tomar una decisión que priorice el bienestar del menor.

Un dictamen de calidad no se limita a describir los hechos, sino que además incluye recomendaciones técnicas sobre la modalidad de custodia, régimen de visitas o medidas de apoyo necesarias para proteger el desarrollo emocional del niño. Todo ello debe expresarse en un lenguaje claro, comprensible tanto para el juez como para las partes implicadas, evitando tecnicismos innecesarios.

 

  • Cómo se realiza la evaluación

La elaboración de un informe de custodia no es un trámite rápido ni superficial. Requiere un proceso meticuloso que combina entrevistas, observación, pruebas psicológicas y análisis documental.

El perito comienza revisando el expediente judicial y definiendo con precisión la demanda pericial: ¿se solicita una custodia compartida?, ¿hay indicios de conflicto parental grave?, ¿existen denuncias de violencia o sospechas de manipulación del menor? Estas preguntas iniciales permiten orientar la evaluación.

Posteriormente se realiza la exploración de todos los implicados: progenitores, menores e incluso otros cuidadores significativos. Se aplican pruebas estandarizadas de personalidad y competencias parentales, se observan interacciones entre padres e hijos y se valoran factores externos como la red de apoyo, el entorno escolar o la estabilidad de la vivienda.

El resultado no es simplemente una colección de datos, sino una síntesis integrada que da lugar a un dictamen profesional. Este informe debe incluir una explicación detallada de la metodología utilizada, las conclusiones extraídas y, si se solicita, debe ser defendido en sala mediante la ratificación del perito.

 

  • Cooperación, imparcialidad y rigor: los pilares del dictamen

Los criterios de calidad que rigen esta evaluación se resumen en tres principios fundamentales:

  • Cooperación, porque el trabajo del perito requiere la colaboración activa de todos los actores implicados y el consentimiento informado de las partes.
  • Imparcialidad, porque la evaluación debe ser proporcional y equitativa, evitando favoritismos o exclusiones que puedan desvirtuar el resultado.
  • Rigor, porque es imprescindible aplicar técnicas validadas y seguir procedimientos estandarizados que garanticen que las conclusiones son contrastables y reproducibles.

Cumplir con estos criterios no es sólo una exigencia deontológica, sino también una garantía de que el informe será respetado por el tribunal y difícilmente impugnado.

 

  • Errores que pueden invalidar un informe

Un informe pericial mal realizado puede perjudicar gravemente a las partes y, lo que es peor, al menor. Algunos de los errores más comunes que deben evitarse son basar las conclusiones en declaraciones de una sola parte sin contrastarlas, utilizar etiquetas simplistas como “normal” o “anormal” sin contexto, o emitir juicios de valor que no estén respaldados por los datos obtenidos.

Un informe así pierde credibilidad y puede ser fácilmente impugnado, alargando innecesariamente el procedimiento judicial y generando mayor sufrimiento para el niño.

 

  • Una herramienta para proteger al menor

El informe pericial psicológico en custodia de menores es mucho más que un documento: es una pieza clave para garantizar que las decisiones judiciales se tomen con conocimiento de causa y velando por el bienestar del menor.

Seguir las buenas prácticas profesionales asegura que el resultado sea útil para el juez, respete los derechos de todas las partes y contribuya a reducir el conflicto.

 

Si necesitas un informe de custodia elaborado con rigor, objetividad y en plazos ajustados, contáctanos. En Gogoa estamos especializados en la evaluación forense de familias y en la defensa del informe en sala, ofreciendo un servicio profesional que prioriza siempre el interés superior del menor.