¿Cómo ayudar a tu hijo a conciliar el sueño?

31 agosto , 2022

¿Cómo ayudar a tu hijo a conciliar el sueño?


Llanto incesante, ira, múltiples excusas para llamar a los padres...

Conseguir que un niño duerma a veces es complicado.

Ya sea que sean bebés o mayores, a veces los padres y los niños tardan en separarse a la hora de acostarse.

¿Por qué este momento es tan a menudo problemático?
¿Cómo ayudar a tu hijo a conciliar el sueño?


No se trata de “dormir a tu hijo” sino de acompañarlo a dormir. De hecho, muchos padres se culpan a sí mismos de que su hijo se quede dormido.
Sin embargo, es un ser por derecho propio, capaz de dormirse solo, siempre que creamos en su capacidad de dormirse solo y de "separarse".

Pasar la noche es un "calvario", el de estar separados de los seres queridos durante varias horas. Esto requiere sentirse lo suficientemente seguro.

La hora de acostarse es un momento importante de transición entre el día y la noche. Permite que disminuyan las tensiones físicas y psicológicas.

Sin embargo, la noche puede generar angustias ligadas a la separación.
Es un momento que revive los miedos ligados a la vida cotidiana.

El niño puede sentirse más vulnerable porque está solo. Sus puntos de referencia están desestabilizados. Black oculta su orientación y lo pone cara a cara con sus preocupaciones internas.


La hora de acostarse es un momento que no se debe descuidar para permitir que el niño se acerque a la noche con serenidad.
¿Cómo facilitar que el niño se duerma?


1. En primer lugar, es necesario identificar el momento del "tren de sueño" del niño (ver artículo).

No tiene sentido establecer una hora de acostarse que no coincida con su patrón de sueño.

Para ello, es necesario identificar los signos de cansancio del niño.
Muchos de ellos se llevan las manos a la cara (se frotan los ojos, se chupan los dedos, se tocan las orejas...). Algunos se encierran en sí mismos, se acuestan en el suelo, bostezan, otros por el contrario se encuentran en un estado de excitación desbordante e incanalizable.

Conciliar el sueño es causado por la secreción de melatonina. Es un funcionamiento biológico que no se puede forzar.

La hora de acostarse regular le ayuda a conciliar el sueño. Permite regular mejor los ciclos de sueño.
Por el contrario, acostarse a horas irregulares interrumpe las fases del sueño y el sueño es de peor calidad.


2. El ambiente a la hora de acostarse debe ser tranquilo.
La ralentización de la actividad física, sonora y lumínica permite abordar este momento con serenidad. Evite los deportes y las actividades demasiado estimulantes al final del día. Prefiero dibujar, leer...
Bajando la intensidad de la luz se activa la secreción de melatonina.
Por el contrario, se deben evitar las pantallas.


3. Ritualiza la hora de dormir.

Es bueno que el niño ubique el momento de la hora de acostarse en el tiempo y el espacio.
El ritual, compuesto por diferentes etapas que son siempre las mismas y se repiten todas las noches, debe tener un principio y un final, ¡y hay que cumplirlo!

Los niños siempre están tratando de empujar ese límite. Si no se respeta, el ritual se vuelve interminable e inseguro.
Es importante no ceder, porque si el niño siente que no puedes separarte de él, él también tendrá esta dificultad.

Quedarse al lado de tu hijo para que se duerma puede significar "Me quedo a tu lado porque no puedes dormirte solo, da demasiado miedo...".

Al contrario, salir de la habitación explicándole que está a salvo y que puede dormir solo, le da confianza.
Es mejor volver varias veces que quedarse hasta dormirse. El niño entiende que estás ahí si lo necesita, pero que quedarse dormido solo no es peligroso.

Un ritual puede ser por ejemplo: cepillarse los dientes, leer un cuento, abrazarse y apagar la luz.
Cada uno encuentra el ritual que más le conviene. Lo que importa es su consistencia.
4. Aprende a separar.

El problema de conciliar el sueño puede estar relacionado con la falta de "seguridad interior". El niño debe aprender a domar la soledad.
Para que se experimente bien en la noche, también se debe experimentar durante el día.

Hoy los niños están desbordados de estimulación, de la abundancia de juguetes, pantallas... Sin embargo, es importante que experimenten el estar a solas consigo mismos, con su imaginación, que hagan la experiencia del aburrimiento para aprender a estar con su interioridad; lo que encuentran a la hora de dormir.
Esto les enseña a sobrellevar mejor la separación.


5. Asegúrese de que el niño haya recibido suficiente cariño.

Un niño que no quiere irse a la cama puede simplemente necesitar la atención y el cariño que ha estado perdiendo durante el día.
Tómese el tiempo para sentarse, jugar, charlar. El tiempo de calidad real es importante. ¡Pídele que te cuente su día, y sobre todo cuéntale el tuyo!

Para los más pequeños es importante el cariño físico, el tiempo para el cuidado del cuerpo, los abrazos. Los padres que tienen un día agotador tienden a hacer todo rápidamente. El niño no necesita "mucho" tiempo, sino "tiempo de calidad" con usted.

6. Evacuar tensiones físicas y psíquicas.

Algunos niños tienen problemas para conciliar el sueño porque las emociones son demasiado intensas. Tomarse el tiempo para hablar, para evacuar miedos, alegrías, incertidumbres... compartiéndolos con un padre, le ayuda a calmarse.
Hágale preguntas acerca de sus alegrías y tristezas del día. (ver artículo sobre emociones).
También necesita liberar las tensiones físicas de su día. Integrar un paso de relajación y respiración en el ritual puede ser una forma efectiva de reducirlos. Funciona muy bien con los juegos de visualización. ("Cierra los ojos e imagina que estás en un barco...").




Conciliar el sueño es cuestión de tiempo. El tiempo vinculado a los ciclos de sueño, el tiempo de aprender a separar, el tiempo que dedicas a tu hijo, el tiempo de las etapas del ritual...
 
Aprender a conciliar el sueño es aprender a estar solo, ¡y eso lleva tiempo!
 
Es normal que las noches no estén exentas de problemas. Por otro lado, si continúa, ¡debe obtener ayuda para el bienestar del niño y el de los padres!