¿Cómo aprender a manejar tu ira?

6 octubre , 2022

¿Cómo aprender a manejar tu ira?


Todos los psicólogos te lo dirán: la ira es un sentimiento sano, universal y… ¡necesario! Sentirse enojado por una injusticia o herida es normal. Pero tan normal como es, la ira es un sentimiento difícil de manejar. Es complicado encontrar el equilibrio adecuado, algunos lo reprimen en exceso, otros lo dejan explotar a riesgo de ahuyentar a sus seres queridos. Entonces, ¿cómo entiendes tu ira y aprendes a manejarla? ¡Hacemos balance!

 

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¿Qué es la ira?

La ira es una emoción primaria y arcaica que todo el mundo tiene que sentir con regularidad. La ira es un fuerte sentimiento de revuelta y frustración ante la injusticia, el ataque (probado o sentido) de una situación inapropiada o incluso el dolor. Se caracteriza por un sentimiento de revuelta y frustración, y también se acompaña de signos físicos como temblores, aceleración del ritmo cardíaco y tensión general. Cuando estamos enojados, el volumen de la voz aumenta, podemos mostrar agresividad o al menos mostrar nuestro nerviosismo a través de miradas “negras” y una cara cerrada o tensa.

 

La ira es un sentimiento muy desagradable, tanto para quien lo vive como para quien lo recibe. A nadie le gusta estar enojado, y a nadie le gusta hacer enojar a nadie. Sin embargo, este sentimiento es necesario y, aunque doloroso, nos permite contar más sobre lo que sucede en nuestro interior. Si descubre que está enojado con frecuencia, consulte a un psicólogo para que lo ayude a comprender su relación con el enojo y cómo calmarlo.

 

¿Por qué estamos enojados?

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La ira, por muy debilitante que sea, siempre viene de alguna parte. Esto de ninguna manera es una excusa, y una persona cuyo temperamento explosivo arruina la vida de sus seres queridos no puede simplemente citar problemas personales o traumas no resueltos para justificar sus arrebatos. La ira no controlada a menudo conduce a una agresión dañina.

 

Por lo tanto, una persona enojada debe consultar a un psicólogo para controlar su frustración y agresividad. Entonces aprenderá lo que puede significar su ira.

 

La ira que parece surgir de la nada y se lleva todo a su paso puede, por ejemplo, ser provocada por una sobreestimulación sensorial. Demasiado ruido o incluso demasiada luz y demasiado calor pueden hacer que algunos pacientes neuroatípicos se “enloquezcan”. También es posible que bajo la aparente banalidad de un intercambio cotidiano se esconda una microagresión (voluntaria o no), que despertará la rabia de una persona enfadada.

 

La ira, especialmente en hombres que están condicionados a tragarse sus emociones, también puede servir como paliativo para todo tipo de sentimientos, como el miedo y la tristeza. Esto puede explicarse en particular por el hecho de que tradicionalmente a las niñas pequeñas se les enseña más fácilmente a expresar lo que sienten, mientras que a los niños pequeños se les anima a «comportarse como hombres» y que el único modo de expresión disponible para ellos es la ira.¡Menos mal que esto está cambiando!

 

La ira crónica también suele ser el resultado de un trauma prevaleciente. Injusticias o violencias sufridas durante la infancia, abusos, pero también prohibición de expresarse… Son muchas las razones que pueden explicar por qué a un individuo le cuesta deshacerse de una ira omnipresente en el día a día.

 

¿Cómo manejas tu ira en el día a día?

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Si bien es fundamental iniciar una psicoterapia para identificar las causas de su ira, hay algunos consejos que pueden ayudarlo a controlar su ira a diario. 

  • Trabaja tu respiración, 
  • saber decir que no y anticiparse
  • dar un paso atrás 
  • observar tu enfado, 
  • no reaccionar con vehemencia, 
  • buscar una salida 
  •  no tomarte las cosas personalmente.

 

Trabaja en tu respiración

Cuando la ira surja en ti, haz algunos ejercicios de respiración. Este truco es muy sencillo, pero también es muy efectivo.

 

Saber decir no y anticiparse

¿Qué tal evitar situaciones que tienden a enojarte? Sabes que al dejarte embarcar en un proyecto incierto, las posibilidades de que termines molesto son grandes. También sabe que al aceptar prestar ciertos servicios, se sentirá frustrado. Así que atrévete a decir que no y pon límites antes de dejarte llevar.

 

Observa su ira

La ira está ahí y sientes que estás explotando. 

¿Qué pasa si observas y aceptas este sentimiento como uno observa un dolor de cabeza durante la gripe? No asuma que tiene que actuar sobre su enojo o aliviarlo a toda costa para aliviar la presión. Sería más bien al contrario, como nos muestra el siguiente punto.

Nunca reacciones de forma exagerada

La ira nos alerta de una situación que no nos conviene. Por lo tanto, es necesario resolver esta situación, sea como sea. Sin embargo, actuar por emoción no es aconsejable. Tómese el tiempo para calmarse y abordar la situación de manera objetiva para encontrar soluciones satisfactorias.

Encuentra una salida

Deporte, teatro, canto, hay muchas maneras de desahogarse de forma saludable, ¡así que aprovéchalas!

No te tomes las cosas personalmente

Y finalmente, no olvides descentrarte. Recordar que las personas que nos hacen enojar muchas veces no tienen la intención principal de lastimarnos, puede ayudar a vivir las cosas con más calma.

Si tienes alguna pregunta, puedes ponerse en contacto llamando al tefelefono 636 620 858 

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